Nuestro espíritu

Orden Cisterciense de la Estricta Observancia

El monje y la monja viven efectivamente de Dios, con Dios y para Dios, gratuitamente.

Ellos son vigilantes perennes: su corazón está en vela porque otea el retorno de su Señor.

El Monasterio es un lugar de espera y de búsqueda. En él viven hombres y mujeres buscados por Dios y convertidos en buscadores de Dios; esa es su vocación, su profesión, su razón de ser.

Con el testimonio de su vida manifiestan la presencia de Dios en nuestro mundo. El monje/a es el cantor e intercesor oculto y silencioso a favor de todos sus hermanos los hombres.

Nuestra vida, impregnada del sentimiento de la trascendencia divina está enteramente orientada hacia la experiencia del Dios vivo. Llamados por Dios le respondemos buscándole verdaderamente en el seguimiento de Cristo por la humildad y la obediencia. Purificado nuestro corazón por la Palabra, las vigilias, los ayunos, por una incesante conversión de vida, nos preparamos para recibir del Espíritu el don de la oración pura y continua.

La tónica general de toda nuestra vida cisterciense es la sencillez y la austeridad en el gozo del Espíritu Santo.

"Hacerse ajeno a la conducta del mundo y no anteponer nada al amor de Cristo" es lo que San Benito nos pide en su Regla.

La Orden | Nuestro espíritu | Nuestra vida | Vocación monástica | Galería de imágenes | La Palabra de Dios | La Hospedería | Contacto | Legal

Copyright © Monasterio Cisterciense Trapense Nuestra Señora del Carrizo2010 Todos los derechos reservados                                      info@monasteriocarrizo.es