Los monjes/as buscamos la soledad...
pero desde ella practicamos la ACOGIDA. Para ello disponemos de una Hospedería abierta a quien busca silencio, interiorización, encuentro con Dios.
A través de ella deseamos compartir nuestra vida de oración, la liturgia y el silencio, fuente de paz. Acogemos en nuestro corazón las inquietudes de nuestro mundo llevando a la oración angustias y esperanzas, dificultades y alegrías que se nos confían.
Dicen nuestras Constituciones: "Los Hermanos/as recibirán con bondad y reverencia a todos aquellos que la Divina Providencia guíe al Monasterio, sin que este servicio perturbe la quietud monástica". (Const. 30)
"La Comunidad debe ayudar a quienes van al Monasterio buscando una oración más profunda". (Est. 30 A)